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En una noche amarga para el AC Milan y para el delantero mexicano Santiago Giménez, el conjunto rossonero cayó 1-0 ante el Bologna en la Final de la Copa de Italia 2025, disputada en el Estadio Olímpico de Roma. Giménez ingresó en la segunda mitad y disputó poco más de 30 minutos, pero no pudo evitar una derrota que deja al Milan sin título y fuera de competiciones europeas.

El Bologna dio la gran sorpresa al consagrarse campeón por primera vez desde 1974, en una final donde no partía como favorito. Con un fútbol práctico y efectivo, los rossoblù rompieron pronósticos y le arrebataron al AC Milan una de sus últimas oportunidades para rescatar una temporada decepcionante.

El portero polaco Lukasz Skorupski fue figura clave para mantener con vida al Bologna en la primera parte. Con dos atajadas cruciales —una ante un autogol inminente y otra frente a un disparo a quemarropa de Jovic— sostuvo el cero hasta que llegó el momento de Ndoye, quien firmó el gol del triunfo en el minuto 53 con una brillante jugada individual.

El tanto fue celebrado por los 30 mil aficionados del Bologna presentes en la capital italiana, conscientes de estar presenciando un momento histórico. Más allá del título, el equipo selló también su presencia en competiciones europeas, completando una campaña de ensueño en la que regresaron a Champions después de seis décadas.

Para el Milan, en cambio, esta final representa el reflejo de un año para el olvido. Octavos en la Serie A y sin posibilidad de clasificar a Europa, el club de Sergio Conceição apostó todo a esta final tras eliminar al Inter en semifinales, pero mostró una vez más las carencias que lo han perseguido durante toda la temporada.

Santiago Giménez sigue sin estrenar su palmarés en Europa, aunque su participación en una final con el histórico Milan ya representa un hito personal. Sin embargo, el futuro inmediato para él y para el club es incierto, en medio de una reestructuración necesaria para volver a competir al más alto nivel.