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Newcastle United sorprendió a todos al derrotar 2-1 a un Liverpool debilitado y se coronó campeón de la Copa de la Liga, rompiendo una sequía de 70 años sin títulos. El último trofeo del club fue la FA Cup en 1955, tras vencer a Manchester City. El triunfo en Wembley Stadium marca una fecha histórica para los Magpies, que celebran con euforia este logro tan esperado.

El ambiente en el estadio reflejaba claramente los diferentes estados de ánimo de ambos equipos. Mientras Newcastle saltó al campo con una motivación palpable, Liverpool se vio afectado por la reciente eliminación en los Octavos de Final de la Champions League a manos del Paris-Saint Germain. Con un Newcastle presionando desde el principio, los Reds no lograron encontrar su ritmo y sufrieron durante todo el primer tiempo.

Las dificultades del Liverpool para mantener el control del balón y generar jugadas de peligro se hicieron evidentes. Antes del descanso, Daniel Burn aprovechó un córner y con un potente cabezazo venció al arquero Caoimhin Kelleher, poniendo a su equipo en ventaja por 1-0. La desorganización de los Reds fue palpable y el primer tiempo terminó con una clara sensación de desconcierto en su juego.

En la segunda mitad, Liverpool intentó reaccionar, pero el desgaste físico y la baja confianza continuaron afectando su rendimiento. Newcastle no solo mantuvo su dominio, sino que aprovechó el momento para sentenciar el partido. Alexander Isak anotó el 2-0 con un gol de gran clase, dejando casi sin opciones a un Liverpool que ya no lograba recuperar el control del juego.

A pesar de la desorganización de los de Arne Slot en los últimos minutos, Liverpool no logró generar la claridad necesaria para igualar el marcador. La férrea defensa de los Magpies y su excelente trabajo en equipo frustraron cualquier intento de remontada. El ambiente en Wembley se convirtió en una fiesta para los seguidores de Newcastle, quienes celebraron con entusiasmo un título que no sabía que verían tan pronto.

La esperanza de los Reds se desvaneció aún más cuando Federico Chiesa descontó en el tiempo agregado, pero el gol no fue suficiente para evitar la derrota. Con esta amarga decepción, Liverpool centrará sus esfuerzos en la Premier League, mientras que Newcastle United disfruta de su merecido triunfo, con la Copa de la Liga en sus manos, celebrando una victoria que permanecerá en la memoria de sus aficionados por generaciones.