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La llegada triunfal del plantel de Botafogo a su casa, Río de Janeiro, fue acompañada según las autoridades por unos 10.000 aficionados deseosos de ver a sus jugadores, al entrenador portugués Artur Jorge y al codiciado trofeo obtenido a expensas de Atlético Mineiro, la Copa Libertadores.

La copa pasó de mano en mano sobre un camión sin techo que precedió el desfile triunfal de los seguidores del club albinegro.

El Glorioso aterrizó en Río de Janeiro después de las 16.00 horas (19.00 GMT), pero muchos de los hinchas ya estaban acampando desde la mañana en la Avenida Naciones Unidas, que permaneció cerrada al tránsito durante casi todo el día para garantizar la seguridad y el orden durante los festejos.

Muchos de los botafoguenses recién llegaban de Buenos Aires, adonde viajaron para ver en el estadio Monumental el partido ganado por 1-3 al Atlético Mineiro.

En la conferencia de prensa posterior al partido, el entrenador del Fogão, Artur Jorge, afirmó que había sido “una victoria épica, probablemente la victoria más épica en una final de la Libertadores”. Así destacó la hazaña del equipo, que tuvo que enfrentar más de 90 minutos con un jugador menos por la expulsión de Gregore a los 35 segundos.

Alexander, portando una banda de “Campeão” que cruzaba su pecho, coincidió con el portugués, aunque agradeció, entre risas, “haber sobrevivido al partido”.

El Albinegro viajará a Porto Alegre para jugar este miércoles contra Internacional el partido correspondiente a la antepenúltima jornada del Campeonato Brasileño. Botafogo lidera el ‘Brasileirao’ y es el primer candidato al título.