tenis

El español Carlos Alcaraz cayó este viernes ante el alemán Alexander Zverev (7-6 (5) y 6-4) y quedó eliminado de las Finales ATP al tener peor porcentaje de juegos que el resto de tenistas del grupo, por lo que se queda sin opciones matemáticas de estar en semifinales.

Desesperado acabó la perla española, buscando una explicación en su banquillo. “Madre mía… Quiero solo meterla. Ponerla ocho metros dentro, pero la mando fuera”, le dijo a Juan Carlos Ferrero, su entrenador. La solidez de Zverev consiguió algo tan complicado como desesperar a Alcaraz.

Tenía que ganar el murciano para acercarse a unas semis inciertas. Una sensación extraña en el tenis, donde todo suele ser blanco o negro. Dentro o fuera. La matemática se abre paso en el deporte de raqueta a finales de año un porcentaje, el de juegos ganados, menor que el del resto de contendientes, le dejó fuera. La Copa de Maestros es diferente. La Copa Davis le espera en Málaga.

La tira nasal de color rosa resaltó otra vez en el conjunto de Alcaraz. El constipado, aunque prácticamente superado, seguía dentro del ganador de Wimbledon y Roland Garros. Y ante una derecha como la de Zverev toda precaución era poca. Porque las buenas sensaciones del alemán en el último tramo de temporada le auparon casi a la altura de Sinner. Peleó Alcaraz contra un monstruo situado en el número 2 del mundo.

Tuvo desde el inicio que luchar contra la tormenta ‘Sascha’. Salvó siete bolas de ‘break’ y dos de set en el primer envite. El servicio de Zverev fue intratable, inevitable en un partido de altísimo nivel.

Resolutivo como pocos en el circuito, Alcaraz intentó sacar a relucir su abanico de soluciones muy rápido ante el inicio arrollador de su rival. Tiró pronto de su clásica y efectiva dejada. Le entró, pero esta vez Zverev llegó aprovechando su embergadura. Respondió Alcaraz con un globo, mala idea ante el germano. Machacó Zverev, 0-40 y tres bolas de ‘break’. A falta de tres, Alcarz salvó cuatro. Resurgió. Puño arriba tras una derecha cruzada perfecta. Se mantuvo a flote.