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Lane Thomas hizo contacto ante un lanzamiento de Skubal y lo envió por encima del muro de 19 pies en el jardín izquierdo, marcando el sexto grand slam en la historia de los Guardianes en postemporada, el primero desde el jonrón del puertorriqueño Francisco Lindor contra los Yankees en la Serie Divisional de la Liga Americana en el 2017. Y tras un sencillo dentro del cuadro en la séptima, Thomas aseguró que la temporada de los Guardianes continuara con una victoria 7-3 sobre los Tigres en el Juego 5 de la Serie Divisional de la Liga Americana de la MLB.

Por primera vez desde el 2016, Cleveland regresará a la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El equipo partirá hacia Nueva York el sábado por la noche para prepararse para un enfrentamiento contra los Yankees que comenzará el lunes en el Yankee Stadium.

El dugout de los Guardianes se vació en el campo. El venezolano Brayan Rocchio saltó a los brazos del quisqueyano Jhonkensy Noel como si estuvieran recreando su escena favorita de una comedia romántica. Después de caer al suelo, Rocchio corrió hacia Austin Hedges, quien casi lo derriba con un enérgico choque de manos. Rocchio se giró hacia la multitud y agitó sus brazos sobre su cabeza repetidamente, pidiendo que gritaran aun más fuerte de lo que ya lo hacían.

Pero este equipo quería que Thomas sintiera el cariño mientras pasaba por la tercera base. Sus compañeros casi que corrían a su lado con emoción mientras los que estaban en base lo recibían con abrazos y choques de manos en el plato.

El primer juego de Thomas con los Guardianes fue contra Detroit el 30 de julio. En ese entonces, estaba abrumado, intentando encontrar su lugar en su nuevo equipo. Cleveland ganó ese día, aunque Thomas no jugó un papel importante en la victoria. Cuando Hedges reunió a su equipo en el vestuario después del partido, dio un discurso de bienvenida a su nuevo compañero y dijo: “Así es como luce un equipo ganador”.

Un poco más de dos meses después, Thomas, en un escenario de ganar o irse a casa, le dio a su equipo la oportunidad de ganar al menos una vez más, un guion que ni Hollywood podría haber escrito.